LA VIOLENCIA EN CLAVE RUSA
"Eastern Promises”, es la nueva obra de Cronenberg, un director cuyo trabajo no suele dejar indiferente a quien lo ve.
En esta ocasión, el veterano director vuelve a adentrarse en una historia que gira en torno a la violencia, protagonizada por Nikolai, un chófer que poco a poco va adentrándose en la más poderosa familia de la mafia rusa establecida en Londres, pero todo se complicará cuando se cruce en su camino Anna, una comadrona hija de emigrante ruso que descubre por accidente después de la muerte de una paciente, pruebas que incriminan directamente a la familia para la que él trabaja.
El film es un excelente ejercicio de estilo de su autor, una película sobre la violencia, a veces brutal y a veces tierna o divertida, pero en su conjunto muy redonda. Tanto el ritmo narrativo (pausado pero tenso), las interpretaciones de los actores (Mortensen espléndidamente contenido, Watts estupenda como siempre, Cassel algo sobreactuado, destacando la presencia de un magnífico Armin Müeller-Stahl), junto a la fotografía y la banda sonora de Shore, conjugan una intenso cóctel, dramático, perturbador y cruel, donde por encima de un guión con exceso de tópicos sobresale la mano de Cronenberg perfilando y sacando punta a sus personajes.
En la rueda de prensa posterior a la aplaudida película, como no, Cronenberg fue cuestionado por la violencia de su película y por su manera de mostrarla de manera ciertamente explícita. El director comentó que para él “la violencia no es estadística pura, no la trato como un evento cinematográfico sino como un evento físico. La vida y la muerte van de la mano, cualquier película que abordo la afronto de manera natural”. Aún así, Cronenberg considera que no hay mucha violencia en su película, según él son 5 minutos de metraje de los 99 que dura. Y no le falta razón, la violencia más presente en sus imágenes es la psicológica, la que se desprende de una historia donde mafia rusa, prostitución y venganzas están a la orden del día, es por tanto lógico que también haya violencia visual en el film, aunque ciertamente se reduzca a tres o cuatro escenas puntuales. También es verdad que en algunas de ellas Cronenberg parece disfrutar mostrando en planos de detalle algunos hechos de forma innecesaria como si adivinara al filmarlos la reacción que provocará en la audiencia (pienso por ejemplo en una escena donde se degolla a un hombre sin que se vea el corte y el actor se baja el cuello del jersey en primer plano para que veamos claramente la brecha efectuada en su cuello mientras agoniza, manteniendo el plano más de 3 segundos), pero también es cierto que una de las mejores escenas del film es también la de mayor violencia, la de la sauna.
Según Viggo, la película “más que violencia trata sobre la compasión que surge pese al entorno brutal y duro que rodea a los personajes”. Ambos, también recordaron a la audiencia que la violencia mostrada no deja de ser ficción y afirmaron que “nos gustaría que la gente se ría de vez en cuando, como ocurrió en Toronto, porque el film tiene algo de humor oscuro pese a su crudeza”. Eso pareció reafirmarlo Cronenberg empleándose con gran sentido del humor en la rueda de prensa, donde dijo cosas como que “todos los gángsters tienen que acabar con una cicatriz en la mejilla y llevar gafas de sol” o cuando fue interpelado sobre la reciente retrospectiva de que fue objeto en la ciudad, “una retrospectiva es que se ha terminado tu carrera, que dejas de hacer películas...”.
La película podría ser reinterpretada como una tragedia clásica deudora de Shakespeare tal y como interpeló avispadamente un periodista, pero Cronenberg negó haberse inspirado en él y sin embargo, mencionó haber leído mucho a Dostoievski, “tiene más de Rusia que de Shakespeare”, espetó. La buena interpretación de Mortensen en un personaje extremadamente ambiguo ya empieza a sonar como candidato al premio de mejor actor del certamen, pero cuando fue cuestionado por ello se limitó a decir que “no he tenido la experiencia de estar nominado a premios, excepto al Goya por Alatriste, hay que tener suerte, no se puede esperar, no pienso en ello. El que ocurra o no, no cambiará mi opinión de la película”. Cronenberg añadió “si no gana el Oscar, no me va a caer bien, no volveremos a trabajar juntos”, bromeó nuevamente. Todavía es pronto para valorar si Mortensen podrá optar al premio, o la película misma en cualquiera de los otros apartados, pero lo que si se puede valorar ya sin dudar es que el inicio del festival es francamente prometedor y la película que se estrenará comercialmente en nuestras salas el próximo 5 de octubre, será una de las que hay que tener en cuenta esta temporada por tratarse de una película excelente cuyo único pero es el fallido y poco creíble clímax final. “Puede que Dios te perdone tus pecados, pero tu sistema nervioso no”, con esa frase y parafraseando a un filósofo polaco terminó Mortensen la rueda de prensa de la película que se extendió unos 30 minutos y que como novedad de este año en el Festival pudo seguir todo el mundo que así quiso a través de una pantalla gigante instalada detrás del Teatro Victoria Eugenia.
U.C. (Daniel Farriol)